Amassando la nueva rosca


Por Juan Carlos Martínez

 

En un país como la Argentina, donde la política ha alcanzado altísimos niveles de degradación, todo es posible. La incoherencia va de la mano de la falta de ética. Nadie se sorprende si el mismo tipo que ayer mandó a repartir palos, hoy exalta el diálogo como el mejor camino para convivir civilizadamente. Eso sí: no dejará de comprar armas para la policía, criminalizará la protesta social y construirá más cárceles. Todo en nombre del orden y la paz.

 

El mismo personaje puede sostener una idea a la mañana y ofrecer otra absolutamente distinta a la noche.

 

Un funcionario puede hablar de libertad de expresión mientras manda cientos de telegramas de despido a periodistas, fotógrafos y trabajadores gráficos.

 

Otros preconizan la transparencia y pontifican contra la corrupción al tiempo que evaden millones de dólares que mandan a paraísos fiscales.

 

Muchos de los que votaron la flexibilización laboral impulsados por la Banelco en tiempos de la Alianza ahora se espantan porque el gobierno de Cambiemos está dispuesto a avanzar más a fondo contra los derechos ganados por los trabajadores con sangre, sudor y lágrimas. Pura cháchara.

 

Los mismos y las mismas que hablan de justicia social se fijan sueldos astronómicos mientras los jubilados que perciben la mínima cobran en un mes menos de lo que se llevan esos burócratas en una hora.

 

Y no falta quien proponga como solución para combatir el hambre la legalización de la limosna a través de la propina como medio de subsistencia para los pobres. Una forma directa de volver al país de las vacas gordas y los peones flacos.

 

La Argentina está viviendo uno de sus peores momentos, sólo superado por las sangrientas dictaduras.

 

La banda de ladrones y saqueadores que gobierna ha colocado al país en el umbral de su destrucción.

 

En medio del creciente desgaste de Macri y su proyecto regresivo están apareciendo algunas figuras que se ofrecen como la contracara de Cambiemos. Uno de ellos es Sergio Massa, el hombre que acaba de visitar los Estados Unidos para aprender de los amos del Norte los mecanismos que usan los candidatos presidenciales en sus campañas.

 

Massa ya está lanzado a la arena política con vistas a las elecciones de 2019 y en el marco de ese objetivo acaba de visitar La Pampa para encontrarse con Carlos Verna, mencionado por algunos medios de comunicación como posible candidato a integrar una fórmula presidencial como vicepresidente.

 

El efusivo saludo que muestra la imagen que Verna colgó en su Facebook es por demás elocuente: Massa y Verna comienzan a amasar la nueva rosca política mirando al 2019.