Gatopardismo

Por Juan Carlos Martínez

 

El Gatopardismo es un clásico muy usado en el universo político. Se resume en una suerte de paradoja: "Si queremos que todo siga como está, necesitamos que algo cambie". La frase simboliza la capacidad que tienen muchos gobernantes para zafar de alguna crisis que suele poner en riesgo su propia estabilidad. Carlos Verna (el chúcaro, como le llama Verbitsky) es uno de los políticos que ha encontrado en el gatopardismo el atajo ideal para no naufragar cuando el barco se hunde.

 

En el primero y en el segundo despido de su ministro de Seguridad (el tercero sufrido por el golpeador de mujeres) apeló al gatopardismo después de haber diseñado, avalado, justificado y aplaudido la inhumana política de seguridad aplicada por Juan Carlos Tierno en las dos oportunidades que lo eligió para el mismo cargo.

 

Con el cambio de ministro, Verna pretende lavar su altísima e ineludible responsabilidad en las atrocidades cometidas por Tierno, entre las que se incluyen sistemáticas violaciones a las leyes y a los derechos humanos, y un muerto mediante. Pretende, también, hacernos creer que todo fue pura y exclusivamente obra de un personaje desquiciado como si alguno de sus colaboradores tuviese autonomía para ejercer sus funciones. Otra falacia que echó a correr por medio de voceros oficiales y oficiosos decía que el despido de Tierno se produjo por un enfrentamiento que tuvo con el jefe de la policía. Una manera de soslayar o minimizar la sentencia que condenó a su protegido en todas las instancias judiciales de la provincia. Y que no fue obstáculo para que un condenado por abuso de autoridad se hiciera cargo de la seguridad pública.

 

Nada menos. Por lo demás, ¿Alguien puede creer que Tierno aplicó la mano dura sin el consentimiento de Verna? ¿Alguien puede creer que el reemplazante de Tierno llega al ministerio con políticas de seguridad propias y distintas? ¿Distintas con la misma policía, con el mismo jefe, con la misma cultura, con las mismas leyes de la dictadura? El gatopardismo le puede servir a Verna para evitar el naufragio mientras el barco se hunde, pero los salvavidas de plomo sólo sirven para llegar más rápido que la nave al fondo del mar.