Macri y la bomba de neutrones

Por Juan Carlos Martínez

 

A dos años y medio de gestión, el gobierno de Cambiemos avanza resueltamente hacia un desquicio total. El desprecio por valores y principios democráticos –salvo en tiempos de dictadura- no reconoce antecedentes.

 

Mire por donde se le mire, busque por donde se le busque, todo se encamina en una misma dirección y se desplaza con la fuerza de un tsunami. No hay sector que esté libre de quedar bajo los efectos de este fenómeno cuya raíz hay que buscarla en la naturaleza humana.

 

Algunos analistas suelen atribuir el paulatino derrumbe institucional a errores de Macri y los CEOS que le acompañan, pero las políticas que el gobierno viene aplicando responden a un plan perfectamente diseñado por los grandes grupos económicos que dominan buena parte del mundo.

 

Ya no es la política la que impone las reglas del juego democrático. Ahora es el mercado el que fija las condiciones bajo la batuta del Fondo Monetario Internacional, convertido en el centro de operaciones del sistema capitalista.

 

Los militares que en otros tiempos avanzaban en primera línea hacia la toma del poder político, ahora ocupan la retaguardia. El sistema los usa para proteger a ese nuevo emperador universal que es el dólar.

 

En el mundo moderno los dólares tienen más poder que las bombas de neutrones: matan a seres vivos sin dañar construcciones y edificios.

 

Cuando Macri y sus secuaces resolvieron volver al FMI, regresaron montados en una bomba de neutrones.

 

La plataforma de lanzamiento comenzó a construirse en la base militar que Estados Unidos instalará en la Patagonia.

 

Cuando estalle, ya sabemos quiénes serán sus víctimas