Un grito universal

Por Juan Carlos Martínez

 

Creíamos que los treinta mil desaparecidos por la dictadura militar había marcado el límite. Creíamos que el NUNCA MÁS era una sentencia inapelable.

 

Creíamos que la democracia marcaría el punto final de las desapariciones forzadas. Creíamos que los avances logrados en los derechos humanos no admitían retrocesos.

 

Creíamos que el estado de derecho sería el dique de contención de cualquier intento regresivo. Creíamos que el estado policial era cosa del pasado. Creíamos que ninguna fuerza militar extranjera pondría en riesgo nuestra soberanía.

 

Creíamos que los tratados internacionales se iban a cumplir a rajatabla. Creíamos que los fiscales y los jueces garantizarían nuestros derechos, nuestras libertades. Creíamos que todos los partidos políticos, por encima de sus diferencias, estrecharían filas para defender y fortalecer la democracia.

 

La realidad nos dice que entre esos sueños se han mezclado algunas pesadillas. La desaparición forzada y la posterior muerte de Santiago Maldonado es un toque de atención, una señal de peligro, el último paso para no caer en el abismo. Pero en medio de tantos desencantos, emerge la fuerza de una sociedad dispuesta a no ceder ante la ofensiva fascista a cuyo frente marcha el gobierno de Macri.

 

El reclamo por la aparición de Santiago Maldonado, primero con vida y luego por saber las causas de su muerte en las que el Estado es el primer responsable, se ha convertido en un grito universal. Su nombre se ha proyectado desde la Argentina a todos los rincones del planeta. Desde el primer día de agosto de 2017, Santiago Maldonado es la bandera de la solidaridad flameando por todos los rincones de la tierra. Es la bandera de la paz, de la justicia y de la libertad. Es el no regreso a los peores momentos vividos por la Argentina. Es la reafirmación del derecho a la vida sobre la muerte.

 

Memoria, Verdad y Justicia.

 

Nota del autor- Al cumplirse ocho meses de la desaparición y posterior asesinato de Santiago Maldonado. En su homenaje, extensivo a todas las víctimas del gatillo fácil y a los 30.000 desaparecidos por el terrorismo de Estado.