Tierno y el desquicio policial
Por Juan Carlos Martínez
Varios miembros de la policía pampeana dirigida por el ministro Juan Carlos Tierno están siendo investigados por robos cometidos en lugares donde cumplían tareas de vigilancia.
Al parecer, un policía acusado de peculado que acaba de acordar un juicio abreviado, fue quien abrió el camino que condujo al fiscal Guillermo Sancho a encabezar un allanamiento en la Sección Canes que funciona dentro de la Escuela de Policía.
Allí mismo, el ministro de Seguridad suele dar clases magistrales que incluyen principios éticos y morales “para la formación del buen policía”.
Todo indica que las clases de Tierno no han tenido los buenos resultados como dice la aparatosa propaganda que el propio ministro relata habitualmente en su espacio digital y a través de los medios de difusión.
Frente a esta realidad, uno no puede dejar de preguntarse si un ministro condenado a dos años de prisión en suspenso y a cuatro años de inhabilitación para ejercer cargos públicos por abuso de poder tiene autoridad moral para dirigir a la Policía.
Tierno fue despedido de las mismas funciones por el mismo gobernador que dispuso su cesantía por imponer como recurso habitual la mano dura.
No es el único antecedente que incluye en su prontuario este impune golpeador y torturador de mujeres. Como director del Banco de La Pampa, Tierno se enriqueció y se apropió de un campo que pertenecía a un productor agropecuario que no podía pagar un crédito otorgado por esa institución bancaria.
Aprovechando la información a la que tenía acceso, el entonces representante del Estado en el banco provincial llevó adelante una operación con el claro y único objetivo de hacer un pingüe negocio al margen de todo principio ético y moral.
Ese es el hombre que maneja la Policía de La Pampa por segunda vez -el responsable después del gobernador- de los crecientes desbordes y atropellos de los que cotidianamente son víctimas hombres mujeres, jóvenes y hasta niños.
La última demostración del desquicio policial se vio el 8M cuando varias mujeres que habían participado en la marcha fueron increpadas, humilladas y acusadas de supuestas contravenciones, una excusa pergeñada desde el poder político para meter miedo.
Mientras Tierno continué al frente de la Seguridad, el desquicio policial seguirá siendo un obstáculo para la convivencia civilizada de la sociedad pampeana.