Reforma laboral, esta vez sin la Banelco
Por Juan Carlos Martínez
El gobernador Carlos Verna habló de la reforma laboral que el gobierno de Cambiemos anunció para concretarla después de las elecciones del 22 de octubre y automáticamente la memoria colectiva se instaló en el Senado de las coimas.
Lo más curioso de todo es la desfachatez con la que el ex senador en tiempos de la Banelco habla sobre un tema en el que él y varios de sus ex compañeros de bancada estuvieron involucrados para sancionar una ley laboral impulsada por los mismos sectores que hoy quieren repetir aquel brutal golpe sobre los derechos de los trabajadores.
Verna había dicho que el 22 “se elige el futuro de La Pampa y que una reforma laboral, modificando los convenios de trabajo, cuando el gobierno es de patrones, nunca va a ser beneficiosa para los trabajadores”.
Un juego de palabras con el que trató de ocultar la reforma impuesta por el gobierno de la Alianza, un gobierno que no era de patrones pero que sí respondía a ellos a través de senadores corruptos que aprobaron aquella ley con el estímulo de cinco millones de dólares.
¿Qué diferencia hay entre una reforma laboral impulsada por patrones que gobiernan de una similar votada por políticos que coimean para hacer lo mismo?
Cuando Verna presidía la Comisión de Presupuesto y Hacienda y el arquitecto Jorge Cosci, el ensobrador de dólares, era secretario de la Tesorería de la cámara alta, la flexibilización laboral salió como por un tubo cargado de billetes verdes.
Por aquellos días la aparición de un anónimo que leyó el entonces vicepresidente de la Nación y presidente de la cámara alta, Carlos Chacho Álvarez, hizo temblar al gobierno de Fernando de la Rúa.
La renuncia de Álvarez, lejos de cerrar uno de los mayores hechos de corrupción ocurridos en el país en democracia, echó sombras sobre el gobierno y los senadores que votaron la flexibilización laboral vencidos por los cinco millones de dólares extraídos de las cuentas de la SIDE.
Pero, claro, una vez más la impunidad protegió a quienes pergeñaron el operativo Banelco, inclusive a Mario Pontaquarto, el arrepentido que se autoincriminó después de haber declarado en sede judicial el periplo que recorrió con los cinco palos verdes repartidos entre los ilustres coimeros.
Que Verna hable de un gobierno de patrones después de haber mandado a votarlo en las urnas y luego de ordenar a sus legisladores que le voten las leyes más retrógradas en el Parlamento no es, que se diga, la postura de alguien que defiende los intereses de la provincia y el de los trabajadores.