¿Disidentes a la Luna?
Por Juan Carlos Martínez
La pregunta no es caprichosa. Tampoco capciosa. Nace del reciente anuncio que hizo el presidente Macri sobre su intención de enviar un cohete a la Luna con disidentes de su gobierno.
Si no se omite que el número de disidentes al gobierno suman millones, debe suponerse que los viajes a la Luna serían interminables.
Los elegidos por Macri para el primer viaje extraterrestre a bordo de un cohete están en una lista negra. Por ahora serían 562.
Enviar personas a la Luna en un cohete para que desaparezcan de la faz de la Tierra no difiere de la inhumana práctica de arrojarlas vivas al mar desde un avión o asesinarlas y sepultarlas en tumbas anónimas o en fosas comunes.
Lo grave, lo peligroso, es el contexto en el que Macri hizo semejante anticipo. Un contexto en el cual el mismo gobierno es el que está agitando el fantasma de un nuevo enemigo interno –los mapuches-calificados como terroristas o guerrilleros.
Lenguaje similar al que usaban los militares para justificar la despiadada cacería humana.
El lúgubre anuncio de Macri se suma a la desaparición forzada de Santiago Maldonado, un hecho en el cual el Estado es el principal responsable, tanto por lo que hizo como por lo que oculta.
El anuncio del presidente de enviar disidentes a la Luna es una de sus infames amenazas para meter miedo, pero lo más preocupante de todo es la perversidad de su imaginación y el desprecio que su gobierno tiene por la libertad, la justicia y los derechos humanos.