Golpe a golpe con la libertad
Por Juan Carlos Martínez / Foto: El Diario de La Pampa
Uno mira la cámara que lo enfoca. Las palmas de sus manos se unen. El otro baja su mirada hacia las manos de quien le acompaña como si quisiera descubrir algún secreto. Quizás porque en esas manos hay algunas huellas invisibles. Que no son como las que dejan los golpeadores en el rostro de sus mujeres.
En este encuentro entre el ministro de Seguridad (sic) y el intendente de Santa Rosa, el tema tratado no tiene nada que ver con la violencia de género. Y si algo hablaron al respecto, deben haberlo hecho en privado. Hay historias que no conviene exhumar.
Suspicacias aparte, en este caso se trató de la mano dura que hay que aplicar para disciplinar a la sociedad.
El ojo vigilante tiene que estar en todas partes.
En eso el ministro y el intendente no disienten a pesar de pertenecer a partidos políticos distintos pero no tan distantes.
Ya no alcanza con prohibir a los pibes de doce años andar en bicicleta por las calles de la ciudad ni amenazar a los padres de los chicos que juegan al rin raje ni hacer lo propio con niñas que pintan leyendas en una pared.
Ahora hay que imponer la ley seca en la comarca pampeana.
Para alcanzar ese fin, Tierno y Altolaguirre acordaron establecer si una persona que asiste a un recital o a un encuentro bailable consumió alguna sustancia tóxica.
A las pruebas de alcoholemia ya no serían sometidos sólo los y las conductoras de vehículos.
Si el proyecto de asaltar la intimidad de las personas se concreta, el siguiente paso podría incluir la instalación de cámaras ocultas en el interior de nuestras viviendas en nombre de la moral y las buenas costumbres.
Y como un psicópata con poder no tiene límites, no sería extraño que el mismo control se extienda a los fieles que asisten a la misa de once de los domingos.
Todo se hace en nombre de la seguridad pública con el mismo manual que se aplica en el resto del país, que no es otra cosa que disciplinar a la sociedad metiendo miedo para avanzar en el recorte de la libertad individual y colectiva de los ciudadanos y las ciudadanas.