Todo es igual, nada es mejor
Por Juan Carlos Martínez
Hay personajes a los que Discépolo hizo inmortales a través del siempre vigente Cambalache. Uno de ellos acaba de incorporarse a la campaña política de Cambiemos, el partido que presume de representar al sistema democrático con el mejor equipo humano de los últimos cincuenta años. Nada menos. Además de ofrecer sangre nueva y pura con candidatos biológicamente jóvenes pero mental e ideológicamente viejos, también puede exhibir lo peor de la especie humana. No por la suma de años sino por la acumulación de actitudes antidemocráticas que aparecen en el oscuro historial del personaje incorporado a la campaña. Hablamos de Carlos Aragonés, padrino político de Marín y de Verna y en un tiempo confidente del genocida Camps como autor de listas negras en las que incluía a personas calificadas de zurdos y trapos rojos. Para no fastidiar al lector con datos de una historia conocida por los pampeanos, basta con reproducir lo sustancial de una entrevista que el entonces sindicalista y ex diputado nacional concedió al diario porteño La Razón el 28 de agosto de 1976.
LA ENTREVISTA
-El vespertino presentó al ex diputado nacional como un veterano gremialista y ex dirigente peronista que representó a La Pampa en el plenario. "Hasta hace poco estuvo detenido y ahora recuperó su libertad", narra la crónica de La Razón. Se le preguntó cuál era la impresión recogida, a lo que respondió: "Ha habido una total coincidencia con las autoridades militares que hicieron uso de la palabra".
-La Razón: ¿Es decir, se va satisfecho?
-Aragonés: Por supuesto, muy satisfecho de haber escuchado a quienes están al frente de la CGT.
-La Razón: En la anterior se afirmó que el principal objetivo era la consolidación de un movimiento obrero unificado, en el que serían marginados los corruptos, los venales y los vinculados con la subversión. ¿Se reiteró eso?
-Aragonés: Exactamente, eso se ratificó y lo compartimos todos.
-La Razón: ¿Qué le parece entonces la apertura dialoguista de las autoridades de la CGT?
-Aragonés: Realmente magnífica. El gremialismo es una realidad y lo que necesitamos es gente así, para que podamos transmitirle a las bases esta nueva realidad.
-La Razón: Y dígame, ¿cómo se compatibiliza su condición de dirigente peronista y su entusiasmo en este esquema?
-Aragonés: En cada organización gremial los jueces son los afiliados. Ellos juzgan. Yo veo bien lo que están haciendo.
-La Razón: ¿Hay mucha infiltración izquierdista?
-Aragonés: La hay. Pero nosotros hemos sido en las organizaciones sindicales el dique de contención, antes y después del 24 de marzo.
-La Razón: ¿Expresaron otras inquietudes?
-Aragonés: Sí señor, así como hay malos dirigentes también hay sectores empresarios que creen que las leyes ya no hay que cumplirlas. Y no es así.
"Satisfecho de la 'apertura dialoguista', Aragonés anunció que en el futuro las autoridades viajarán a las capitales del interior del país para seguir con la actual línea emprendida", concluye aquel artículo, publicado apenas cinco meses después del golpe militar.
Aragonés junto al genocida Camps
Mientras Aragonés formulaba estas declaraciones, la cacería humana se extendía por toda la geografía del país y los campos de concentración se iban abarrotando de hombres, mujeres y niños.