¿Acuerdo político o pacto mafioso?
Foto: Juan Carlos Tierno junto a Juan Cametti, el arquitecto del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich, visitando la exEscuela Hogar
Por Juan Carlos Martínez
Aunque estamos acostumbrados a convivir con funcionarios públicos que no respetan las leyes ante la pasividad de quienes deben hacerlas cumplir (jueces y fiscales), es difícil entender las razones por las cuales el condenado ministro de Seguridad de La Pampa permanece en su cargo.
No sólo permanece en funciones sino que sigue cometiendo toda suerte de atropellos, alguno de ellos de extrema gravedad como fue el asesinato del cazador de liebres Santiago Garialdi.
Los policías que participaron en aquella criminal emboscada habían recibido la orden del propio Tierno de disparar el primer tiro al aire y el segundo a la cabina.
Que es como decir que tiren a matar.
Los jueces aplicaron la obediencia debida al revés; imputaron el asesinato al policía que disparó pero no al que dio la orden.
Pero antes de aquel trágico episodio, los atropellos contra hombres, mujeres y niños fueron y siguen siendo una constante en la gestión de Tierno desde el momento en que tuvo en sus manos el manejo de la seguridad pública.
Uno de los hechos más resonantes se produjo a dos meses de su asunción como ministro -exactamente el 9 de febrero de 2016- cuando la policía pampeana reprimió salvajemente a vecinos de Villa Sauze y Sansinena que se manifestaban pacíficamente para evitar que las aguas del río V inundaran sus calles y sus casas.
La brutal represión la desató el mismo Tierno cuando, machete en mano, comenzó a repartir golpes mientras le ordenaba a los policías que “metan balas”.
El saldo de más de veinte heridos, algunos de gravedad, fue un anticipo de los métodos que el gobierno de Verna utilizaría para disciplinar a la sociedad.
Cuando Verna ganó las elecciones en 2015 y comenzó a rodar el nombre de Tierno para integrar el gabinete, los más optimistas creyeron que se trataba de una versión si ningún asidero.
No creían que eso pudiera concretarse. Sostenían esa postura basados en el denso prontuario que había acumulado Tierno desde que se convirtió en golpeador y torturador de mujeres hasta su despido en 2006 ordenado por el propio Verna por el incremento de torturas en las comisarías, a lo que se sumó, un año más tarde, su expulsión de la intendencia de Santa Rosa por abuso de autoridad a sólo a 87días de gestión.
Esa es la figura que aplicaron los jueces que lo condenaron en diciembre de 2014 a dos años de prisión y a cuatro de inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Sin embargo, Verna volvió a convocarlo y lo puso al frente del flamante Ministerio de Seguridad, especulando con que el impune Tierno y Patricia Bullrich fortalecerían las relaciones de La Pampa con el gobierno de Macri.
El propio Tierno reveló públicamente sin que nadie lo desmintiera que él le había sugerido a Bullrich el Protocolo de Seguridad, esa herramienta que el Estado utiliza en todo el país para reprimir brutalmente y al margen de la Constitución las manifestaciones populares generadas por las impiadosas políticas oficiales.
La presencia de Tierno al frente de la seguridad pública se convirtió automáticamente en un estímulo para el irrefrenable desborde policial que tiene como destinatario principal a los sectores más vulnerables de la sociedad.
La escalada de atropellos, incluso contra menores de edad, serían más que suficientes para que Tierno sea desplazado por tercera vez de la función pública, pero parece que ni los fiscales ni los jueces ni el gobernador se animan a poner fin a tanta irreverencia.
Pero el alocado derrotero de este psicópata con poder tiene un nuevo capítulo que acaba de tomar estado público: sembrar de gendarmes el territorio pampeano.
El proyecto militarista ya le fue comunicado a la ministra Patricia Bullrich y según ha dicho el autor de la iniciativa, ha sido recibido con beneplácito, a tal punto que desde el Ministerio de Seguridad Nacional enviaron al arquitecto Juan Cametti para que recorra las instalaciones de la ex Escuela Hogar donde funcionó el IV Cuerpo de Ejército.
La iniciativa de Tierno está en sintonía con la postura del gobierno de Macri, que no es otra cosa que militarizar el país para disciplinar el creciente descontento social que producen las políticas ultraconservadoras de Cambiemos.
Pero contrasta con el caro anhelo de quienes vienen bregando por destinar las instalaciones de la ex Escuela Hogar en un centro cultural y educativo.
Frente a la realidad que vivimos los argentinos en general y los pampeanos en particular, necesitamos más maestros que soldados, más libros que fusiles y machetes.
Convertir nuevamente a la ex Escuela Hogar en un centro de formación militar sólo puede estar en la imaginación regresiva de un personaje como Tierno y de quienes siguen tolerando sus demenciales desplantes.
¿Qué ata a Verna con Tierno para que un psicópata irrefrenable continúe manejando la seguridad pública al margen de las leyes y de la Constitución?
¿Estamos frente a un acuerdo político o a un pacto mafioso?