Hipocresía

Por Juan Carlos Martínez


Un periodista español que cubrió la transición de la dictadura a la democracia, solía decir que muchos argentinos habían elevado la hipocresía a la categoría de virtud.

 

Aludía a aquellos que habían apoyado a los militares y que a partir de la asunción de Alfonsín se convirtieron en severos críticos de la dictadura.

 

Ese abrupto cambio de postura que se produce en algunas personas cuando los vientos políticos insinúan un cambio o cambian de rumbo, sigue siendo una práctica muy arraigada en la Argentina.
Pareciera que quienes saltan de un espacio a otro como saltan las langostas están convencidos de la fragilidad de memoria que se nos atribuye a los argentinos, aunque no son pocos los que pensamos que no es la memoria sino la vergüenza lo que se pierde en estos casos.

 

De otro modo no puede calificarse a quienes, a un año de haber acompañado al nuevo gobierno en las urnas y luego en el Parlamento votando todo lo que salía de la Casa Rosada, ahora salgan a cuestionar lo que ayudaron a construir. O, para decirlo con mayor propiedad, cuestionan lo que ayudaron a destruir.

 

La nómina no se agota en un par de nombres. Es tan amplia que sería imposible difundirla en un breve espacio periodístico, pero no se trata de ponerle nombre y apellido a este tipo de comportamientos que supera las cuestiones individuales.

 

Lo más preocupante de todo es que estas actitudes forman parte de la creciente degradación política, de la ausencia total de líneas de conducta coherentes entre lo que se dice y lo que se hace.

 

Suficiente con observar lo que ocurre en La Pampa para encontrar estos ejemplos tan negativos, tan cargados de hipocresía como la que asumen con total desparpajo los funcionarios de gobierno, comenzando por el camaleónico Carlos Verna.

 

"No vamos a permitir que estafen a los jubilados" acaba de proclamar el diputado nacional vernista Sergio Ziliotto como si todo lo que está destruyendo Macri no fuera parte de la estafa de la que ellos han sido cómplices.

 

"Los errores los sufren siempre los mismos y los beneficios los familiares y amigos del gobierno", rezó un comunicado del bloque de diputados justicialistas pampeanos, representantes de un gobierno plagado de parientes y amigos que siempre permanecen prendidos a la teta del Estado y nunca aparecen en las listas de desocupados.

 

Como bien decía el colega español, para muchos argentinos la hipocresía sigue siendo una virtud.