Burla y ofensa a la libertad de expresión
Por Juan Carlos Martínez
Es casi ocioso recordar que en nombre de la libertad se han cometido las mayores atrocidades. La historia universal abunda en ejemplos de tan vergonzante paradoja.
Los mismos que han aplastado y aplastan la libertad son los que la proclaman. La hipocresía no sabe de límites. A tal punto que hasta los belicistas pueden ser premiados con el Nóbel de la Paz.
Todos juntos y revueltos. La Biblia y el calefón.
Magnetto recibe un premio a la libertad de expresión. Nada menos que en los Estados Unidos. Rodeado de representantes de la SIP y de ADEPA. Dos entidades que nuclean a empresarios de medios periodísticos.
Símbolos de la libertad de empresa.
También estaban los principales columnistas del diario Clarín. El mismo que compartió con Videla el asalto a Papel Prensa.
El brindis de Ernestina con el genocida dice más que mil palabras.
En la lista de asistentes al acto estaban Marcela y Felipe Noble Herrera, los jóvenes que desde que eran criaturas quedaron en manos de la poderosa empresaria. Que los anotó con el apellido de Roberto Noble, su marido muerto siete años antes. En pleno desarrollo del plan sistemático del robo de bebés.
Desde hace cuarenta años Marcela y Felipe viven desconociendo su origen biológico. Se sospecha que son hijos de desaparecidos. Hay sólidos antecedentes que reafirman esa sospecha
Una crónica del gran diario argentino publicada este miércoles omite toda referencia a aquellos hechos.
Amnesia voluntaria.
De la nota firmada por Paula Lugones, extraemos los dos primeros párrafos:
- "En un cóctel convocado por Clarín y Freedom House en el piso 13 de un emblemático edificio de Washington, funcionarios estadounidenses y de organismos internacionales, diplomáticos, periodistas, editores, analistas, académicos y miembros del parlamento local charlaron distendidos, entre empanadas y canapés, sobre libertad de prensa, periodismo y la realidad argentina y del continente".
-"La cita fue el lunes por la noche en el National Press Club, tradicional club de prensa de esta capital, en el último piso del National Press Building, que aglutina a las oficinas de los corresponsales de los principales medios del mundo. El cóctel, convocado como antesala de la entrega del premio a la Libertad de Expresión a Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, aglutinó al mundillo de Washington interesado en la Argentina, América Latina y la prensa en el continente".
Mientras un empresario del grupo Clarín, socio y cómplice de la dictadura recibe una distinción por su presunta defensa de la libertad de expresión, ni una palabra para los ciento treinta periodistas y escritores asesinados en la Argentina durante la dictadura cívico-militar-eclesiástica.
El heroico Rodolfo Walsh, uno de los mártires de aquel genocidio, los condena desde su estridente silencio.
Para decirlo con pocas palabras: el premio a Magnetto es una burla y una ofensa a la libertad de expresión.