La hora del barbijo
Por Juan Carlos Martínez
El barbijo es uno de los habituales recursos que se utilizan en casos de emergencia, cuando el aire que se respira puede poner en riesgo la salud humana. Lo usan los médicos en las intervenciones quirúrgicas, los bomberos para no ahogarse con el humo que emana de los incendios y cualquier ciudadano envuelto en los gases lacrimógenos que lanza la policía en tiempos de gobiernos fascistas para reprimir cualquier manifestación popular de protesta.
Los malos olores que despide el clima político que por estas horas se respira en la Argentina también están induciendo a algunos políticos a recurrir al barbijo para evitar la intoxicación que puede derivar del aire contaminado.
El uso de barbijo se está extendiendo por toda la geografía del país, incluida La Pampa donde uno de los primeros en apelar a esa máscara protectora ha sido Carlos Verna.
Hombre rápido para olfatear, el gobernador pampeano ha sido uno de los primeros en advertir la contaminación ambiental que está produciendo un gobierno al que recibió con indisimulado regocijo “porque ahora se puede conversar” como dijo cuando Macri le abrió las puertas de la Rosada en los primeros días de negociaciones por la controvertida coparticipación.
Sin embargo, el fracaso de algunas promesas y el olor nauseabundo que sale de los paraísos fiscales que por el aroma que despiden bien podrían llamarse paraísos fecales, ese olor nauseabundo, decíamos, ha obligado al astuto Verna a alejarse poco a poco de ese clima contaminante que vuela por las chimeneas de la corrupción macrista mientras se coloca el barbijo para proteger su salud.
“No sé cómo es la constitución de la sociedad, pero salió tarde porque a él le avisaron el 15 de marzo, debió salir en ese momento para ponerse a disposición de la justicia” dijo Verna sobre las cuentas offshore que le han descubierto a Macri en los paraísos fiscales.
Otros aires que Verna no puede soportar por el grado de contaminación que derraman son los del menemismo y el kirchnerismo, “dos enfermedades de las que ya nos vamos a curar” avisó mientras ajustaba su barbijo y le ponía cerrojo a su memoria.
Pero como no todos usan barbijo y cerrojo en su memoria, alguien recordó los tiempos en que Verna apostaba todas sus fichas al menemismo sin temor a quedar envuelto en esa enfermedad. “Soy una persona agradecida y Menem le dio mucho a La Pampa. Menem hizo mucho por mi provincia y por lo tanto mi obligación como peronista era apoyarlo” dijo Verna a poco de dejar su banca en el Senado de las coimas.
De la otra enfermedad –el kirchnerismo- también salió indemne a pesar de haberle dado varios abrazos al entonces presidente cuando visitó La Pampa. “Cuente conmigo, tanto en lo personal como en lo institucional” le prometió Verna a Néstor Kirchner y volvió a confundirse en un abrazo cuerpo a cuerpo y sin barbijo.
Superadas las dos enfermedades que sufre el peronismo, dicen que la preocupación de Verna por estas horas es la de agregarle una tercera enfermedad por no haber usado barbijo cuando abrazó al presidente Macri.