Ofensa
Por Juan Carlos Martínez
La presencia de miles de argentinos que viajaron a Brasil para ver el partido frente a Bosnia ha sido analizada por algunos observadores como una demostración de la bonanza económica en la que vivimos.
Sería de necios negar que importantes sectores de nuestra sociedad han mejorado su situación en estos años, pero tomar como referencia de nuestra prosperidad a las cincuenta o cien mil personas que viajan por el mundo es, cuanto menos, un exceso de optimismo. O, en todo caso, una subestimación a nuestra inteligencia.
Nuestra realidad no la reflejan ni los que han ido al Brasil a ver el Mundial de Fútbol ni los que viajan por el Mundo sino los que vivimos en este país donde todavía hay gente que no tiene ni para viajar en colectivo ni una mesa donde comer ni una cama donde dormir.
Deberíamos ser más prudentes y respetuosos a la hora de hacer estos análisis para no convertir estos mensajes de optimismo en una ofensa semejante a la que suele transmitir la burguesa Legrand cuando al anunciar el menú en sus almuerzos nos habla de lo bien que comen los argentinos.