Verna y su estrategia de distracción

Quienes creen que el dinero
lo hace todo, terminan
haciendo todo por dinero

Voltaire


Por Juan Carlos Martínez

 

Carlos Verna se ha lanzado de cuerpo y alma a convencer a los pampeanos que a partir de su regreso al gobierno provincial pasaremos de la malaria que dejó Oscar Mario Jorge ¡maldita herencia! a ese mundo de alegría que está produciendo en la Argentina el cambio encabezado por Mauricio Macri y los empresarios que le acompañan en esta nueva aventura.

 

Atrapado por su crónica obsesión por el manejo de la caja, todo lo que propone gira en torno del dinero que ahora transita por la Ley de Promoción Económica, el nuevo caballito de batalla con el cual nos sacará del infierno para llevarnos sin escalas al paraíso.

 

Como si se tratara de un extraterrestre que recién pisa esta comarca, habla críticamente de quienes lo precedieron en un gobierno del cual formó parte ejerciendo funciones de mucho peso político que le hubiesen permitido influir en el cambio de los rumbos que ahora está proponiendo.

 

Con la escasa humildad que lo caracteriza, recordó que en su paso por el Senado de las coimas ya había planteado la necesidad de un cambio de modelo en la provincia tendiente a "generar trabajo privado, estable, sustentable y decente" y repitió una idea que encaja perfectamente en las políticas que lleva adelante el gobierno de Macri: que el empleo privado debía crecer más que el empleo público.

 

"Porque este modelo de crecer sólo alrededor del sector público hace mucho que está agotado" sostuvo el hombre que usó las herramientas del Estado para mezclar la política con los negocios. Y para hacer lobby en favor de los banqueros en los tiempos en que hacía turismo con escala en el Fondo Monetario Internacional.

 

Insistir en generar empleo privado es una sutil pero clara forma de avalar los miles y miles de despidos que se están produciendo en el sector público en el marco del creciente achicamiento de un Estado que vuelve a ser espectador en el diseño de políticas cuyos mejores réditos no serán para el país sino para los grupos económicos concentrados que operan globalmente con los buitres haciendo punta.

 

Otra crítica que incluyó en la maldita herencia que le dejaron sus compañeros de partido y de gobierno fue la Ley de Promoción Industrial, a la que calificó como "un curro para pocos que sabían manejar los papeles" y exaltó las bondades de la Ley de Promoción Económica con la cual aspira a crear un emprendimiento por día.

 

"Hay muchos jóvenes que tienen ideas en La Pampa y lo que no tienen es plata, nosotros le tenemos que aportar el capital para concretarlas", dijo el hombre que se hizo famoso por el reparto de miles y miles de pesos/dólares destinados al curro de las fundaciones truchas que no apuntaban a crear empleo genuino sino a sumar votos para su campaña política.

 

"Yo estuve diez años al frente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado y conozco todos los pactos que se firmaron, conozco los presupuestos que se aprobaron, y mi ministro de Economía (Franco) estuvo en la redacción de los pactos fiscales".

 

Es cierto. En los diez años que estuvo al frente de la comisión que manejaba la plata de los argentinos, Verna participó en todos los pactos que se firmaron y en los presupuestos que se aprobaron, incluso en el que permitió aprobar la Ley de Flexibilización Laboral con la garantía de la Banelco.

 

No es casual que hace pocas horas, desde ese mismo cuerpo legislativo, con el voto de los senadores que responden a las órdenes de Verna, se haya dado curso legal a una de las mayores estafas como es el pago a los fondos buitres.

 

Nada menos que doce mil quinientos millones de dólares, el equivalente de cientos y cientos puestos de trabajo, más bolsones de pobreza, más personas con hambre, más niños desnutridos, más jóvenes sin horizonte, más viejos sin esperanza, más policías, más armas, más represión, más cárceles, menos escuelas, menos universidades, menos libros, menos salud, menos viviendas, menos medicamentos, menos libertades...

 

En medio de tanto alarde de eficacia que Verna se autoadjudica en esta etapa de cambios, los docentes pampeanos nucleados en Utelpa confirmaron que irán al paro el lunes próximo al tiempo que denunciaron "el desmantelamiento de los planes socioeducativos".

 

"Por todo esto -sostiene Utelpa- paramos, porque se cerró la causa Fuentealba y están todos libres, para que continúen planes nacionales que son el fruto de nuestra lucha, por la Escuela pública, por los trabajadores, por nuestros pibes".

 

El desmantelamiento de servicios esenciales brindados por el Estado es impiadoso. Avanza como una peste letal por todos sus estamentos mientras Verna aplica la estrategia de la distracción tan bien explicada por Noam Chomsky y que de tanto en tanto conviene repasar para no caer en la trampa de los discursos oficiales.


"El elemento primordial del control social -dice Chomsky- es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas mediante la técnica del diluvio o la inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes".

 

La promesa de Verna de crear un micro emprendimiento por día en medio de la galopante debacle que se ha extendido por todos los rincones del país forma parte de ese juego de distracción que el hombre de la Banelco sigue al pie de la letra sin advertir que ahora, a pesar de las crecientes necesidades alimentarias, son muchos los argentinos que ya no comen vidrio.