Mano negra, mano blanca
Por Juan Carlos Martínez
Emanuel Alejandro Núñez tiene 22 años. Le dicen "mano negra". Fue condenado a siete años de cárcel "por ser penalmente responsable del delito de robo agravado por uso de arma de fuego, robo simple en grado de tentativa y resistencia a la autoridad". Núñez se alzó con 900 pesos. Un poco más de cien dólares al precio oficial actualizado. No usó el arma que llevaba. La versión oficial dijo que al ser detenido el arma cayó al suelo y salió un disparo.
No hubo heridos.
No seamos suspicaces pensando que el arma le fue plantada.
Los delitos por los cuales acaba de ser condenado los cometió hace menos de un año.
Eso se llama celeridad judicial.
Núñez tiene la piel del mismo tono que lo identifica su apodo.
Además es joven y pobre.
Pertenece a una clase social que vive en permanente sospecha.
Seguro que una parte de la sociedad ya lo habrá incluido en esa galería a la que son arrojados los "negros de mierda" como los identifica el lenguaje racista.
La sentencia no lo dice, pero todos sabemos que el color de la piel o la condición social son agravantes.
Sean o no sean ladrones.
El Código Penal está hecho y aplicado a su medida.
Los de su clase abarrotan las cárceles de la Argentina.
Distinta es la suerte de los bandidos que lucen piel blanca.
A quienes también se les distingue como ladrones de guante blanco.
En este caso el color de la piel es un atenuante.
En La Pampa hay varios personajes de piel, de mano y de guante blanco que tardaron años en recibir una condena menor a los siete años que recibió Núñez pese a haber robado miles y miles de pesos/dólares y no a particulares sino al Estado.
Es decir, a todos nosotros.
Otros de la misma calaña gambetean a los jueces al mejor estilo Maradona.
No son negros de mierda.
Son blancos que nos han llenado de mierda cagándonos encima.