No se oye, padre

Por Juan Carlos Martínez

Algunos organismos de derechos humanos han recurrido al papa Francisco I (nuestro conocido Jorge Bergoglio) para que interceda en la búsqueda y localización de Aldo Omar Vara, uno de los curas que visitaban los centros clandestinos de detención durante la dictadura cívico-militar-clerical.

El ahora prófugo Vara fue visto por personas que sobrevivieron a las torturas a las que eran sometidas en La Escuelita, uno de los infiernos al que eran arrojados hombres y mujeres, incluidas algunas embarazadas que allí mismo dieron a luz y desaparecieron desde entonces, mientras las criaturas quedaron en manos de apropiadores que aún permanecen impunes.

Todo el mundo sabe el rol activo que tuvo la Iglesia Católica en favor de la salvaje represión durante el terrorismo de Estado. Esos vínculos le permitieron conocer de primera mano la identidad y el destino de muchas víctimas, entre ellas la de niños nacidos en cautiverio.

La abundante y prolija información que recogieron los hombres de la Iglesia Católica seguramente que se guarda bajo siete llaves en los cerrados archivos del Vaticano. Son secretos que han sido celosamente guardados, secretos que hasta ahora no se han revelado porque las huellas de complicidad de los hombres de la milenaria institución se confunden entre los documentos.

Sobre el propio Bergoglio rondan fuertes sospechas acerca de su comportamiento en aquellos años, y esas sospechas son las que alimentan las dudas sobre la información que el ahora papa pueda aportar para localizar al prófugo Vara.

Dudas que se proyectan al pedido que en su momento hizo la presidenta de Abuelas para que el nuevo papa abra los archivos del Vaticano y revele el destino de los centenares de niños apropiados durante el terrorismo de Estado.

Las abuelas que esperan a sus nietos desde hace treinta y siete años quieren que Francisco I rompa el silencio y que les hable en voz alta porque hasta ahora no se oye, padre…

(La foto salió en la tapa de este domingo del diario Página/12. Los organismos que piden la colaboración del Papa son la agrupación HIJOS de bahía Blanca, la APDH de la misma ciudad y la Red por la Identidad).