¿Se entiende?

Por Juan Carlos Martínez

 

Seguimos aprovechando las reflexiones que Zygmunt Bauman nos ofrece en su libro La globalización, consecuencias humanas. Cada capítulo de su obra nos acerca más y más a la realidad argentina. Esto ocurre, precisamente, porque los planes que se están aplicando en nuestro país responden a un modelo económico, político y social globalizado que marcha en la misma dirección conducido por un poder invisible y ejecutado por quienes responden a los mismos intereses. O sea, a los intereses de quienes acumulan la mayor parte de la riqueza que se produce en el mundo. Esa línea es la que ha escogido sin titubeos el gobierno de Mauricio Macri que en menos de dos meses de gobernar por decreto ha dado pruebas más que suficientes para demostrar que el sueño mayor de su vida es que los argentinos hablemos en inglés y pensemos en norteamericano. En el capítulo titulado EL DESORDEN, Bauman transcribe algunos puntos de vista de Thomas Mathiesen:

 

-Hoy sabemos que el sistema penal golpea la base más que la cima de la sociedad. Sociólogos del derecho y las prácticas punitivas se han explayado sobre este fenómeno y se han detenido en varias de sus causas. La primera entre todas es la selectividad del legislador, interesado en preservar un determinado tipo de orden. Las acciones con mayores posibilidades de aparecer en el código penal son las que cometen, más que nadie, los excluidos del orden, los humillados y pisoteados. Despojar a una nación de sus recursos se llama "fomento del libre comercio", robar a familias enteras sus medios de vida se llama "reducción de personal" o "racionalización". Jamás estas dos acciones han aparecido en la lista de actos delictivos punibles.

 

-Por otra parte, toda unidad policial dedicada a la investigación de "delitos graves" acaba por descubrir que los actos ilegales cometidos por la cima son sumamente difíciles de separar de la densa red de transacciones empresariales. Cuando se trata de la actividad que persigue abiertamente el lucro personal a expensas de terceros, la línea divisoria entre lo lícito y lo ilícito siempre es vaga y contenciosa: no se compara con la reconfortante certeza de actos como la violación de una caja fuerte o una cerradura. No es casual, dice Mathiesen, que las cárceles estén "pobladas, sobre todo, de personas del estrato más bajo de la clase trabajadora que han cometido robos y otros crímenes tradicionales".

 

En otro capítulo del libro, Bauman escribe:

 

-El aumento de personas que están en la cárcel o aguardan condenas probables crece rápidamente en casi todos los países. Hay un repentino incremento de prisiones en todas partes. Por todo el globo aumentan los presupuestos de gastos fiscales dedicados a las fuerzas de "la ley y el orden", en particular la policía criminal y el servicio penitenciario.

 

Y agrega:

 

-El fuerte incremento del castigo por medio de la cárcel sugiere que a ciertos nuevos y extensos sectores de la población se los considera, por tal o cual motivo, amenazas al orden social, y su expulsión forzada del trato social por medio de la prisión aparece como un método eficaz para neutralizar esa amenaza o calmar la ansiedad social provocada por ella".

 

¿Se entiende por qué Milagro Sala está en prisión? ¿Se entiende por qué las cárceles del país están abarrotadas de pobres, marginados y excluidos? ¿Se entiende para qué sirve la emergencia nacional en seguridad? ¿Se entiende para qué sirve la ley antiterrorista? ¿Se entiende por qué vamos camino a tener más policías que maestros, más cárceles que escuelas, más armas que libros? ¿Se entiende por qué poderosos empresarios como Carlos Blaquier y otros de su misma calaña están libres? ¿Se entiende por qué Mauricio Macri ni siquiera está procesado por la serie de viejos y nuevos delitos que lo involucran? ¿Se entiende por qué las bandas de ladrones de guante blanco permanecen impunes y no pocos de ellos en funciones públicas? ¿Se entiende por qué es necesario que la sociedad argentina se oponga a este intento regresivo que la derecha ha puesto en marcha desde el 10 de diciembre? ¿Se entiende por qué las variables de ajuste siempre comienzan y terminan en los trabajadores? ¿Se entiende por qué los jubilados tienen que elegir entre el remedio o la comida? ¿Se entiende por qué volveremos al tiempo de la vela y el candil? ¿Se entiende por qué los grandes medios de comunicación han convertido a un presidente mediocre en un estadista? ¿Se entiende por qué Magnetto entra a la Rosada como a su propia casa? ¿Se entiende por qué hay que defender la Ley de Medios? ¿Se entiende por qué la libertad de expresión es un derecho de todos y no de las minorías? ¿Se entiende por qué hay que resistir el nuevo intento de terminar con los juicios por delitos de lesa humanidad? ¿Se entiende por qué hay que defender con uñas y dientes nuestro compromiso con Memoria, Verdad y Justicia? ¿Se entiende por qué queremos paz, pan, trabajo y libertad para todos?

 

¿Se entiende?