¿Reapareció la Banelco?
Por Juan Carlos Martínez
(Foto: El Diario de La Pampa)
El doble discurso, la doble conducta y la doble moral refejan la pérdida de valores fundamentales que afectan a la humanidad a lo largo y a lo ancho del planeta tierra. La palabra se ha desvalorizado de tal manera, que ya casi nadie se sorprende que alguien diga hoy todo lo contrario de lo que dijo ayer. El más perverso de los seres humanos puede convertirse, en un abrir y cerrar de ojos, en un símbolo de virtuosismo.
Por suerte, la memoria colectiva permanece viva para enfrentar a quienes intentan borrarla. Y si la memoria no fuera suficiente, ahí están los documentos escritos, orales o fílmicos registrados en los medios de comunicación o en obras literarias que actúan como guardianes de cada una de las historias individuales y colectivas.
En el marco del proceso político que vive la Argentina en general y La Pampa en particular, esos archivos adquieren singular importancia para saber –usando una expresión gauchesca- con qué bueyes estamos arando.
Vamos al grano.
¿Qué cosas ha encontrado el intendente radical Leandro Altolaguirre para modificar en veinte días los lapidarios juicios de valor que desgranó sobre el condenado Juan Carlos Tierno?
El 26 de noviembre, el flamante jefe comunal de Santa Rosa no se anduvo con eufemismos para calificar al golpeador y torturador de mujeres. En la edición de ese día, El Diario recogió declaraciones de Altolaguirre:
“El intendente electo Leandro Altolaguirre comentó con algo de sorpresa la posibilidad de que Juan Carlos Tierno sea designado ministro de Seguridad”, decía la crónica del matutino santarroseño.
“Altolaguirre confesó su sorpresa por el eventual regreso de Tierno a la función pública y recordó que en su momento el propio gobernador Carlos Verna lo tuvo que echar del Ministerio ante la variedad, cantidad y tensión de los conflictos que generó el ahora condenado ministro de Seguridad”.
Y agregaba:
“La sensación que me da es que hace unos diez años el propio ingeniero Verna lo echó a Tierno de este mismo cargo por los problemas que había generado con la Policía … me llama la atención que vuelva a insistir, con todo lo que pasó después”.
También recordó que Tierno “no es un desconocido, se conoce su vehemencia y también que dice que entendió y que no va a volver a hacerlo, pero siempre pasa lo mismo... Ni hace falta que lo diga, porque lo conocemos todos, porque siempre salió de las funciones de la misma manera: termina en malos términos, la vehemencia le juega en contra y termina generando estas cuestiones de abuso”.
Veinte días después, el mismo funcionario reveló que había mantenido una reunión de dos horas con Tierno, quien de esa manera volvió a transitar por el edificio desde donde fue despedido por la presión popular de la que participaron dirigentes políticos, entre ellos el propio Altolaguirre, cuya firma apareció entre los concejales que denunciaron judicialmente al destituido jefe comunal por abuso de autoridad.
—¿Habló con Tierno sobre la inseguridad en Santa Rosa? le preguntaron el 16 de diciembre, es decir, veinte días después (no veinte años después) de haber cuestionado severamente su incorporación al gabinete de Carlos Verna,
—Nos juntamos el lunes, después de las dos reuniones que tuve con el ingeniero Verna, nos juntamos cerca de dos horas en mi despacho. Estuvimos hablando sobre los trabajos que realizaremos en conjunto, en lo que hace a la seguridad vial, como también la nocturnidad, la colaboración y apoyo a los inspectores con el tema del comercio y de trabajar coordinadamente con empresarios, comerciantes y aunar esfuerzos para brindarles seguridad en su conjunto (Plan B, 16 de diciembre de 2015).
Casi de manera simultánea a la reunión entre Altolaguirre y Tierno, una patota policial golpeaba salvajemente en la vía pública a dos jóvenes inermes que habían sido arrojados al pìso, esposados y boca abajo. Mientras la ferocidad policial no cesaba, un vecino que trató de frenar el desborde de los uniformados fue víctima de múltiples golpes y agresiones verbales que continuaron en la Seccional Primera durante las dos horas en que permaneció detenido, siempre esposado.
Como si se tratara de una broma macabra, el vecino Alfredo García, ex dirigente sindical y actual empleado de la Legislatura provincial, fue informado del inicio de una causa judicial por desacato a la autoridad.
La víctima se convirtió en victimario.
Volvemos a la misma pregunta: ¿Qué cosas ha encontrado el intendente radical Leandro Altolaguirre para modificar en veinte días los lapidarios juicios de valor que desgranó sobre el condenado Juan Carlos Tierno?
Tal vez -y ya entrando en el terreno de las conjeturas-, el previo encuentro que mantuvo con Verna pudo haber sido una tarea de ablande del zorro de la barba ante quien el nuevo intendente acudió en demanda de ayuda financiera.
Puede ser que la pregunta esté cargada con un exceso de suspicacia, pero es inevitable: ¿Reapareció la Banelco?