Un poco de memoria: Justicia versus revanchismo

El histórico juicio a las Juntas durante el gobierno de Alfonsín. Para Mauricio Macri, fue un curro.

 

Por Juan Carlos Martínez

 

Mauricio Macri no es, políticamente hablando, sólo un hombre mediocre. O, como diría Bertold Bretch, un analfabeto político. Su mediocridad tiene el sustento de su ideología.
Se puede ser fascista por convicción o por ignorancia. Macri reúne los dos atributos.

 

A pocos días de haber calificado a la causa de los derechos humanos como un curro, al referirse al mismo tema Macri habló de revanchismos.

 

Es decir, según su estrecha visión de las cosas, el juzgamiento de quienes estuvieron involucrados en delitos de lesa humanidad es puro revanchismo.

 

Confundir justicia con revanchismo es una perversa interpretación, algo así como mezclar la Biblia con el calefón o poner en un plano de igualdad a los jueces de la Constitución con los jueces de capucha.

 

Si de verdad las víctimas del terrorismo de Estado se tomaran revancha con sus victimarios, por estas horas estaríamos viviendo bajo el imperio de la ley de la selva aplicando el ojo por ojo, diente por diente.

 

En ese marco, en lugar de mandar al banquillo a los que participaron en el plan de exterminio, iríamos a buscarlos a sus domicilios, a sus lugares de trabajo o a donde pudieran estar para secuestrarlos, llevarlos a los campos clandestinos de concentración para torturarlos hasta producirles la muerte o cargarlos en aviones, arrojarlos vivos al mar, secuestrar a sus mujeres embarazadas, asesinarlas después de hacerlas parir y quedarnos con sus hijos como si se tratara de mascotas.

 

Eso es terrorismo de Estado, delitos de lesa humanidad que no prescriben y que deben ser juzgados por tribunales civiles como prevén la Constitución y los tratados internacionales suscriptos por la Argentina.

 

Macri confunde justicia con revanchismo como confunde lo público con lo privado.

 

El curro de sus negocios.