Milagros del capitalismo

Por Juan Carlos Martínez

La crisis que viven la mayoría de los países de Europa está produciendo enormes estragos en amplios sectores de la población. Como siempre ocurre, son los más débiles los que reciben el peso de las calamidades que produce el sistema capitalista.

Los remedios siempre son peores que las enfermedades: pérdida de empleo, disminución de beneficios sociales, menos presupuesto para salud, educación y vivienda.


Los problemas sociales se incrementan día a día sin solución de continuidad y todas las medidas que los gobiernos adoptan apuntan sistemáticamente a cargar sobre las espaldas de los más débiles el peso de las políticas diseñadas por el dios mercado.

La calidad de vida está cayendo de manera vertiginosa e incesante, a tal punto que amplios sectores de la sociedad han regresado a hábitos y costumbres que habían sido desplazados en los tiempos de bonanza.

Jóvenes que vuelven a compartir el techo de sus padres, ancianos que en el ocaso de sus vidas pierden derechos adquiridos con sangre, sudor y lágrimas, familias enteras que deben buscar alimentos en centros sociales mientras la brecha entre ricos y pobres se agiganta como una bola de nieve.

El gobierno de Grecia acaba de adoptar una medida que viene a confirmar el desprecio con el cual el sistema capitalista resuelve las crisis que el mismo capitalismo produce, siempre en perjuicio de los sectores más vulnerables.

Los griegos podrán ahora consumir productos perecederos que estén vencidos a un precio menor que aquellos que tienen fecha de vencimiento abierta. Es decir que a partir de esa medida los consumidores podrán comer lo que antes les estaba vedado en resguardo de su salud.

Eso sí, esos productos no podrán consumirse en restaurantes ni en hoteles.

Una cosa es la salud de los ricos y otra la de los pobres.

Al paso que vamos, la próxima medida consistirá en autorizar a los más necesitados a bucear en las bolsas de residuos en busca de la comida que le sobra a los ricos y que no llega a la mesa de los pobres.

Milagros del capitalismo.