Cátedra de Olvido: visita de un dinosaurio

Por la Organización Estudiantil Nilda Masci

 

Están por cumplirse 20 años desde la sanción de la Ley de Educación Superior, redactada bajo la supervisión del #FMI y el #Banco Mundial. Esta ley menemista que el kirchnerismo mantiene hasta la actualidad, logró que la participación estudiantil en el gobierno universitario sea una cuestión meramente simbólica, y habilitó a los verdaderos “gestores” de la universidad pública para “vender servicios” a las empresas privadas. Como nos enseña #Jorge con su experiencia de funcionario en la dictadura, gobernar es un asunto “técnico”, y lxs estudiantes tienen la mala costumbre de retrasar las decisiones “politizando” cada discusión. Este aspecto de la #LES tiene un doble objetivo: que las universidades públicas busquen financiamiento que no sea estatal (porque la prioridad del país es pagar los intereses de una deuda externa ilegítima), y que aporten recursos (profesionales, tecnología, conocimiento) para el desarrollo productivo… de los negocios capitalistas.

 

La relación de #Verna con la universidad está en sintonía con tales políticas educativas. En 1975 era profesor de la Universidad Tecnológica Nacional en General Pico, y se mantuvo indiferente cuando una patota bahiense, acompañada por el buchón Aragonés, reprimió la toma pacífica que estaba contra la intervención. Posteriormente fue "compañero" de quienes armaron listas con esos estudiantes y profes que “merecían” la tortura por impulsar una universidad comprometida con el pueblo.

 

En el 2001, mientras era senador nacional y repartía sobornos de los bancos para votar leyes en contra de lxs trabajadores/as (ley de flexibilización laboral, ley Barrionuevo), su partido reprimió en Santa Rosa una manifestación de estudiantes que protestaba por el recorte presupuestario en la UNLPam: coimas y universidad pública gratuita no son compatibles. El rector era Tassone, el intendente Jorge, el gobernador #Marin. Al periodista Juan Carlos Martinez lo echaron de La Reforma por cubrir ese suceso. Policía y censura al servicio de la corrupción política.


En la actualidad, un aliado clave del #vernismo es el decano de ingeniería Prieto. El edificio de la calle 110 y 9 donde funciona la facultad se llama Nicolás Tassone, en honor a ese rector que le abrió las puertas de la universidad a la policía. Su propuesta más reciente es una materia dictada al inicio de la carrera que en apenas un mes traba la posibilidad de empezar las cursadas más importantes del año. El supuesto objetivo es enseñar contenidos necesarios para las materias posteriores, pero pareciera ser eficiente sólo como filtro: más de la mitad de lxs ingresantes no pudo aprobarla.

 

#Verna es la profundización de la #LES en La Pampa: una universidad excluyente, desfinanciada y sin compromiso con las mayorías.

 

Esta semana, el rector de la #UNLPam Baudino, junto a los decanos de varias facultades, sumaron su foto a la campaña por la gobernación de este impresentable personaje.

 

Qué lejos estamos de las luchas por la nacionalización, de las carpas que resistían al arancelamiento, tiempos en que la universidad pública aportaba dignidad a la historia pampeana. Ahora sus autoridades proyectan “alianzas estratégicas” con el PJ corrupto y neoliberal, como si nada hubiesen aprendido de la crisis del 2001, y fuera un detalle intrascendente que #Verna proponga lo que ya hicieron Martinez de Hoz, Cavallo, Menem y De La Rua: reducir la cantidad de empleos estatales, y financiar con todos los recursos públicos a las empresas privadas que prometan “crear trabajo”. Confiar resulta difícil: en los últimos cuarenta años, esas empresas privadas (y políticos coimeros como Verna) acumularon miles de millones de dólares mientras se multiplicó la miseria y la desocupación en la vida de millones de argentinos/as.

 

Veamos un ejemplo de lo que nos están proponiendo. En el año 2007 el entonces gobernador Verna inauguró en Speluzzi el frigorífico Pampa Natural, con un importante crédito estatal y la promesa privada de emplear cerca de 300 personas. Como la ganancia no era suficiente y eso es lo único que a las grandes empresas les importa, fueron despidiendo trabajadores y atrasando el pago de sueldos hasta cerrar en el 2010. En el 2014 lo compró La Anónima, cuya riqueza está acumulada sobre el exterminio de pueblos originarios y la masacre de peones en la Patagonia, la estatización de su deuda en la última dictadura y la subida “descuidada” de sus precios en la actualidad. Los asesinos del pasado son los explotadores de hoy: resulta evidente que ningún proyecto político cuyo objetivo sea garantizar los derechos y el bienestar de las mayorías puede construirse favoreciendo los intereses de estas empresas. Pero si Verna insiste y la dirigencia de la UNLPam lo acompaña, descartamos que sea con ingenuidad. Tendrán sus razones. Nunca serán las nuestras.

 

Una propuesta justa sería lo inverso a lo que promueve el vernismo. Que los grandes privados y los políticos cómplices nos devuelvan lo que pertenece a todo el pueblo argentino: nuestros bienes comunes, el dinero estatal, la soberanía sobre los medios de producción, nuestras vidas, el destino del país.

 

Nos moviliza una universidad pública que genere pensamiento crítico, que agite la esperanza de otro mundo posible a partir del compromiso en el presente, que promueva la organización de las mayorías para liberarnos de todas las opresiones. Ningún pacto, ningún coqueteo con los responsables del hambre, las desigualdades y las dependencias que lastiman la vida cotidiana de nuestra gente. Si así fuera, entonces sí: la foto de nuestra UNLPam en los diarios nos daría orgullo, en vez de vergüenza.