Las preguntas de Cafrune
Por Juan Carlos Martínez
Jorge Cafrune templaba su guitarra mientras el locutor se sumergía en el introito de rigor.
Leía uno por uno los agradecimientos.
El último fue dedicado a Amalia Fortabat, una de las empresarias que acompañó a la dictadura cementando los caminos regados con la sangre de miles de personas.
“Nuestro especial agradecimiento a doña Amalita Fortabat por la importante donación que nos ha hecho”, dijo el locutor y en medio de los aplausos apareció Cafrune en el escenario.
El suave sonido de la guitarra fue interrumpido por Cafrune con una pregunta que pocos se hubiesen animado a lanzar públicamente en aquellos días de secuestros, tortura y muerte.
“Esa señora, ¿dona o devuelve?” dijo Cafrune con la valentía propia de aquellos que no usan mordaza para decir las cosas.
El fugaz silencio fue quebrado por algún tímido aplauso y por el bordoneo de la guitarra y Cafrune le dijo no al miedo cantando Zamba de mi esperanza.
Taspolando aquel episodio en un vuelo imaginario a La Pampa, vemos a Cafrune parado con su guitarra frente al afiche en el que aparece la foto de un candidato, barbado el hombre, con un anuncio de sólo dos palabras armadas con esa tipografía que usan los medios gráficos para dar cuenta de alguna catástrofe: VERNA VUELVE.
Cafrune se detiene frente a uno de esos afiches, lo contempla como si la imagen del candidato exhumara algún vago pero impreciso recuerdo.
De pronto, a su lado, un parroquiano le pregunta: ¿Lo conoce?
-¿No es el de la Ban...
-Sí, el de la Banelco, completa el interlocutor...
-Ah... y el de las Funda...
-Sí, el de las fundaciones truchas... vuelve a interrumpir el hombre.
-¿Y el del lobbi…
-El mismo que hizo lobbi para blanquear un proyecto de ley que preocupaba a los banqueros a cambio, se dijo, del pago de algún peaje…
Cafrune se queda pensativo un instante, vuelve a mirar la imagen del candidato y sin esperar respuesta, pregunta:
-Ese señor, ¿vuelve para devolver?