Testigo clave en la causa Noble Herrera: “Ví a la madre, pero no había ningún bebé”

Por Juan Carlos Martínez

Una testigo clave en la investigación de la falsa adopción de Marcela y Felipe Noble puede impulsar nuevamente una línea de investigación. Caminos inexplorados que deben ser transitados para encontrar la verdad.

La causa que aún investiga si Marcela Noble y Felipe Noble pueden ser hijos de desaparecidos apropiados por Ernestina Herrera de Noble en 1976 puede cobrar un nuevo giro si resulta comprobable judicialmente lo manifestado por una ex empleada judicial que dialogó con este cronista en su domicilio de la calle Peñaloza 1995 de Boulogne.

La señora Elsa Noemí Carmino (65 años) se desempeñaba en 1976 como empleada en el Juzgado Civil de San Isidro a cargo de la jueza Olga Hejt. Al recibir a este cronista en su casa de Boulogne, reja de por medio y muy nerviosa, lo primero que admitió es que “esta causa es un karma para mi...‘.

Luego, evidentemente tensa y visiblemente apurada dijo que en 1976 vio ‘que en el Juzgado estaba una señora que venía a entregar un bebé para que alguien lo adoptara... yo le tomé declaración, pero eso sí, nunca ví al bebé... ustedes tienen que ir a preguntarle a los secretarios del Juzgado...‘

Carmino relató cómo se comportaba en 1976 la jueza Olga Hejt, a quien describió como una persona muy autoritaria (“como Cristina de Kirchner”, acotó). También dijo que Heijt trataba muy mal al personal y que siempre dejaba la puerta de su despacho abierta para controlar la hora de llegada de los empleados.

Contó que el caso Noble en 1976 coincidió con los preparativos para su casamiento; hizo hincapié que en aquel momento ella era muy joven (tenía 28 años) y repitió, algo molesta, que ya había dicho todo en el Juzgado.

Su última declaración, sin embargo, se produjo hace once años ante el juez Roberto Marquevich. Cuando recordó aquella declaración, visiblemente fastidiosa, dijo: “Sí, me tuvieron secuestrada desde las diez de la mañana hasta las cuatro de la tarde...‘, en una desafortunada metáfora por el tiempo que debió pasar en el Juzgado a la espera de que a ella y a otros empleados judiciales les tomarán testimonio.

En 1976, Carmino fue la persona designada por la Jueza Hejt para que le tomara declaración a una mujer que supuestamente se llamaba Carmen Luisa Delta.

El misterioso caso de la mujer Carmen Delta, supuesta madre original de Felipe Noble, es una de las pistas cuya investigación aún no se ha profundizado en el caso Noble.

En el expediente “trucho” de adopción impulsado por Ernestina de Noble y sus abogados, en 1976, aparece como presentándose en forma espontánea una mujer llamada Carmen Luisa Delta, Cédula de Identidad 5.847.175, de 25 años, estudiante de abogacía, domiciliada en Ugarte 2781 de Vicente López y quien dijo que el 17 de abril de 1976 había dado a luz una criatura a la cual no había registrado ni anotado.

La supuesta Carmen Delta había concurrido al Tribunal para entregarlo con fines de adopción manifestando que “renunciaba a la patria potestad”.
Sin embargo, en aquel momento, ni la jueza Hejt ni la empleada Carmino le preguntaron detalles sobre quién era el padre, dónde había ocurrido el parto y otros datos filiatorios que permitieran conocer la identidad del bebé.

Es oportuno recordar que en aquella época los operativos de secuestros y persecuciones a militantes eran abundantes y diarios. Además, las apropiaciones coincidieron con el desarrollo del plan sistemático del robo de bebés.

En el marco de las investigaciones, en los últimos meses este cronista concurrió al barrio y domicilio dado en 1976 por la supuesta Carmen Delta, en la calle Ugarte, y con la compañía del abogado Pablo Llonto investigador y querellante en la causa Campo de Mayo, realizaron una compulsa entre vecinos y los actuales ocupantes de la casa, quienes manifestaron que allí nunca había vivido una persona de apellido Delta.

Vale aclarar que el juez Marquevich, ya en 2002, había verificado judicialmente la inexistencia de la cédula de identidad de esa supuesta madre Carmen Luisa Delta.

Hay varias preguntas en busca de respuestas. ¿Por qué si Carmen Delta es una persona inexistente, la empleada Carmino asegura haber visto una mujer dentro del Juzgado en 1976 a la que dijo haberle tomado declaración admitiendo que nunca había visto al bebé?

¿Miente la testigo Carmino y nunca fue al Juzgado ninguna mujer?

¿Carmen Luisa Delta es una mujer real pero que en 1976 por razones de seguridad debió dar una identidad falsa?

¿Carmen Luisa Delta es el nombre falso de una militante política detenida-desaparecida y llevada al Juzgado de la jueza Hejt en 1976 para que fuese obligada a dar a su bebé en adopción?

La llamada causa “Ernestina de Noble” continúa abierta en el Juzgado Federal 2 de San Isidro a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado y allí aún se realizan comparaciones de muestras de sangre de Marcela y Felipe, con muestras obtenidas por el Banco de Datos Genéticos, a efectos de determinar si Marcela o Felipe o ambos son hijos de personas desaparecidas durante la última dictadura militar.

La prueba más firme de todas las reunidas en la causa sobre la hipótesis de que ambos puedan ser hijos de desaparecidos, sigue siendo la carta escrita por la propia Ernestina de Noble, en enero de 2003 y publicada en la edición dominical de su propio diario Clarín cuando señaló “...muchas veces he hablado con mis hijos sobre la posibilidad de que ellos y sus padres, hayan sido víctimas de la represión ilegal...”

Por ese entonces Marcela y Felipe tenían 26 años y las leyes Obediencia Debida, Punto Final y los indultos no se encontraban anulados. Quizás por semejante nivel de impunidad, Ernestina había sacado a luz, por primera vez, y de propia mano, la confesión de que el origen de ambos jóvenes podía provenir de un delito de lesa humanidad.

Durante años, y por directivas de Ernestina de Noble y de Héctor Magnetto, ambos jóvenes (hoy de 37 años) se habían negado a concurrir al Banco Nacional de Datos Genéticos a permitir una leve extracción de sangre y saliva para obtener el ADN necesario para el cotejo.

Ello ocurrió finalmente en junio de 2011. Inicialmente el cotejo con las primeras familias ha dado negativo, pero en la actualidad, la jueza continúa con los análisis comparativos con otros grupos familiares.

Según pudo averiguar este cronista, el Banco Nacional de Datos Genéticos no posee la totalidad de muestras de todas las familias de Desaparecidos, y ello abre la posibilidad de que en futuros cotejos se pueda comprobar por un resultado positivo que Marcela y Felipe, o uno de ellos sea uno de los casi 400 jóvenes que aún buscan las Abuelas. Una cifra que podría ser mayor si no se pierde de vista que entre los 30.000 desaparecidos hubo mujeres que podrían haber estado embarazadas sin el conocimiento de sus familiares.

Por otra parte, y desde junio de 2011, ni Ernestina de Noble ni Marcela ni Felipe han manifestado en la Justicia o en otro ámbito, la verdadera historia. Es decir, de boca de ellos no ha salido una frase sobre cuál es el verdadero origen.

Ambos fueron apropiados por Ernestina Herrera de Noble en 1976 por medio de procedimientos fraudulentos y con pruebas falsas, tal cual lo comprobara el juez Roberto Marquevich por ese entonces (2002) a cargo del Juzgado Federal de San Isidro. Con una paciente investigación, que incluyó la toma de testimonios a unos pocos empleados del Juzgado Civil donde tramitó la falsa adopción, Marquevich logró comprobar que tanto la beba Marcela Noble, como el bebé Felipe, habían sido obtenidos por Ernestina de Noble por otros medios, distintos a los que figuraban en el expediente y que muchos de los testigos de los expedientes civiles de guarda y adopción en 1976 habían mentido.

Por todo ello, el entonces juez había detenido, indagado y procesado a Ernestina Herrera de Noble.

El llamativo caso de la mujer Carmen Luisa Delta no es el único misterio sin explorar aún en la causa Noble. Muchos otros indicios en el expediente indican que la verdad puede ser encontrada.

Ese es el gran desafío y el más sólido argumento para continuar investigando el origen de Marcela y Felipe Noble.