Una radio kermesista, un lugar en el mundo
Por Juan Pablo Gavazza
Si le comentaba que tenía pensado hacer un aporte a un artículo que publicó Plan B bajó el título “El kirchnerismo se quedó con las tres radios nuevas de Santa Rosa”, el abuelo me hubiera dicho: “No gastés pólvora en chimangos”. Pero no le voy a hacer caso.
Pasa que uno ya naturaliza determinadas acciones públicas y las toma a veces con indiferencia, a veces con pena, y en ocasiones no tiene ganas de gastar energías en responder zonceras.
Pero estas líneas pueden tener sentido para algún ciudadano o lector: bastará, para ello, con que una sola persona pueda salir un poco de la tóxica confusión que se genera desde la mala leche. Y de paso, para contar un poco la breve pero rica historia de Radio Kermés.
Lo voy a hacer de una vez y para siempre, para no entrar en dimes y diretes, así que sabrán disculpar (o no) la extensión que pueda tener este texto.
RADIO KERMÉS NO ES UNA RADIO KIRCHNERISTA. Radio Kermés es una radio kermesista. En principio, porque las radios no son kirchernistas o no kirchneristas, sino que se definen por una variada gama de características, estilos, aspiraciones, metodologías y demás.
Pero además Radio Kermés no es una radio kirchnerista porque está integrada por una muchedumbre de personas que piensan distinto, que votan diferente, que se posicionan en lugares diversos ante el gobierno nacional y ante la vida. Si algo hay en Radio Kermés son distintas voces y pensamientos, que discutimos incluso al aire. Y si algo requerimos de cada participante del proyecto es espíritu crítico y criterio propio.
Radio Kermés, como dijo Juan Carlos Martínez -algo así como nuestro guía- es un espacio para la libertad.
La conducción de la Asociación Civil El Ágora la compartimos con Cintia Alcaraz, Damián Repetto, Nicolás Bompadre, Juani De Pián, Pablo Aimar, Mauro Monteiro, Gustavo Silvestre, Maximiliano Rubio. Todos tenemos participación activa en la radio.
Además, participaron, participan y seguirán participando de acuerdo a las posibilidades y sus deseos infinidad de personas (y me voy a olvidar de algunas): Juan Carlos Martínez, Verónica Mac Lennan, Juan Pablo Bertolini, Mónica Molina, Martín Rodríguez, Maxi Sarlanga Nicoletti, Pablo Cucchiarini, Leticia Hernando, Natalia Reinoso, Luciano Gaich, Federico Camiletti, Armando Lagarejo, Ariel Pérez, Ayelén Núñez, Ariel Martínez, Bruno Mondino, Carlos Urquiza, Elvio Monasterolo, El Chango Fadón, Pedro Larroulet, Martín Fernández, Juan Ignacio Carrizo, Eduardo Aguirre, Martín Burgués, Cristian Guiñez, Juan Fadón, Bianquina Bustos, Maxi Corroinca, Griselda Valor, Romina Gutiérrez, Dagna Faidutti, Adrián Pascual, Margarita Solé, Miguel Lell, Miguel Benítez, Fernando Giayetto, Lorena Correa, Paula Inchaurraga, Pin Vázquez…
Sólo desde la ignorancia o desde la deshonestidad intelectual se puede reducir a “una radio kirchnerista” semejante diversidad de orígenes, historias, identidades y pertenencias.
Cualquiera que haya escuchado Radio Kermés o algunas de las miles de entrevistas que hicimos en más de dos años, se da cuenta fácilmente de que no puede ser etiquetada de ese modo. A veces no es fácil escucharla, porque no hay una cultura de hacerlo vía web. Dentro de poco será más facil: va a estar al aire en el 106.1.
UN POCO DE HISTORIA. Es una falacia que Radio Kermés sea “un grupo de periodistas que repiten cada vez que pueden que ‘este es el mejor gobierno de la historia’”. Esa afirmación me pertenece casi textual; no creo haberla dicho alguna vez en Radio Kermés, sino justamente en un comentario que escribí en Plan B.
Opiné, en realidad, que es el “mejor gobierno de nuestra historia”. Es un lindo debate y eso pienso yo, lo que no quiere decir que lo mismo piensen Radio Kermés o sus integrantes. Además, también pienso otras cosas. Y sé de muchas personas que creen que este es el mejor gobierno de nuestra historia –porque los otros fueron malísimos– y sin embargo están muy lejos de ser “kirchneristas”.
Es ridículo, además, pensar que el “kirchnerismo” o el gobierno nacional pueden estar detrás de un supuesto polo comunicacional poniendo expectativas en una radio como la nuestra, que es de categoría E. O sea, chiquitita, chiquitita.
SE MEZCLAN SANDÍAS, CON MELONES, CON BOLITAS. El artículo equipara como “radios kirchneristas” a 3 emisoras que tienen escasos puntos en común. Por un lado, alude a la Radio Municipal, que hoy administra la gestión Larrañaga (de dudoso kirchnerismo, aunque no importa) pero que mañana podrá estar en manos de otra persona y otro sector, de acuerdo al voto popular.
Además, se presenta como si fuera una misma cosa lo que es el colmo de la ilegalidad (el alquiler de una frecuencia, que teóricamente está prohibido, para trasmitir en cadena una programación porteña, que teóricamente está prohibido) con lo que en realidad es el colmo de la legalidad, que es Radio Kermés: una emisora que decidió transmitir solo por internet durante 2 años, hasta que se resolviera el único concurso para radios sin fines de lucro que se hizo en Santa Rosa.
Radio Kermés es la radio más limpia y transparente de la capital pampeana: la única que se adjudicó mediante una competencia entre interesados, con la intervención de un juzgado que analizó distintos aspectos y en un expediente público. Es, además, la única radio adjudicada en aplicación de los concursos de la Ley de Medios de la democracia.
A contramano de ese afán por estigmatizar a Radio Kermés no se ha visto un esfuerzo que ponga la lupa sobre las mayoritarias emisoras que se lograron por la vía del lobby, la presión empresarial o por acomodos políticos, aplicando la Ley de Radiodifusión de la dictadura. Tampoco hubo tanta energía para denunciar la usurpación del dial por parte de poderosos, ni para vigilar otros incumplimientos, como la pura retransmisión de contenidos de grandes medios hegemónicos.
EL DOCTOR Y EL DIRECTOR. Cada vez que hay una referencia a Radio Kermés, en Plan B se menciona de modo obsesivo a Miguel Palazzani y Pablo Ferrero.
Pablo Ferrero apenas participó del lanzamiento de Radio Kermés (de esos tiempos nos quedó la ridícula foto que nos sacamos al aire libre, y que es la que ilustra este artículo). En el programa La Kermés de los Sábados -cuando se emitía por FM Sonar 91.3- Ferrero representaba a un personaje: “el metrosexual”. Desde que asumió como director de Radio Nacional no tiene nada que ver con el proyecto ni con el espacio, porque se alejó a partir de sus ocupaciones.
Pero si a él se le cantara, y a nosotros también, podría volver con “el metrosexual”: no le exigimos a nadie, para participar de Radio Kermés, que tenga el carnet de afiliación de La Cámpora, del mismo modo que no echamos a nadie si se siente parte de ese sector político o de otro.
Palazzani es uno de los fundadores de la Asociación Civil El Ágora. Después, a partir de responsabilidades más importantes, se apartó de la conducción de nuestra ONG. Pero -menos mal- cada tanto seguimos compartiendo su lucidez y su buen humor en nuestra Kermés de los Sábados.
Mencionar a Palazzani con la misma etiqueta que usan los procesistas es una bajeza. En La Pampa sabemos que Miguel es un luchador de las causas más justas y peliagudas, y doy solo 3 ejemplos: la libertad de expresión, los delitos de lesa humanidad, la pelea por el río Atuel.
Uno entiende que grandes grupos económicos, con sus intereses creados, refieran a Palazzani como un “talibán de Gils Carbó”, pero que a esa mirada se prenda un humilde espacio mediático pampeano, que además se jacta de pertenecer al campo popular y que sabe bien quién es y qué hace Palazzani, no tiene pies ni cabeza.
Es falso que Palazzani sea “un fiscal designado por fuera del mecanismo legal”: es el único fiscal de todos los que fueron nombrados últimamente cuyo pliego fue aprobado por unanimidad, aun cuando en su presentación en el Senado tuvo el coraje de enfrentarse tanto con el oficialismo como con la oposición (Miguel Pichetto y Ernesto Sanz) en defensa de las garantías de las personas y de los Derechos Humanos.
PACIENCIA ES SABIDURÍA. Para obtener nuestra licencia tuvimos que esperar 2 años y medio. Más que nunca, nos abrazamos a una máxima que repetimos desde que arrancamos el proyecto: paciencia es sabiduría.
No es que somos fanáticos de la ley, que muchas veces es la trampa, pero en este caso puntual nos pareció interesante y simbólico plegarnos en un todo a la misma ley por la que habíamos militado desde hacía más de una década, codo a codo con otros sectores y personas.
En ese largo proceso de 2 años y medio, por fruto de la dinámica de grupos, hubo novedades. A contramano de lo que pudo ocurrir con otros participantes en la misma licitación, nuestro equipo se fortaleció en la espera.
Al punto de que, con gusto, empezaron a trabajar con nosotros las caras visibles de los otros proyectos sin fines de lucro que participaron en la misma licitación: la referente más importante de la radio La Tosca prefirió sumarse a Radio Kermés; lo mismo quien aparecía como principal impulsor de la propuesta de la UTELPa (que intervino en el mismo concurso) y más personas y visiones se plegaron.
En este tiempo crecimos, invertimos con gusto, nos equivocamos, aprendimos, nos conocimos más y mejor, hicimos visible nuestro proyecto, nos instalamos en la comunidad, incorporamos más voces y más ideas y nos enojamos con la AFSCA: fuimos la única organización participante que presentó una nota formal y pública reclamando por el retraso en la definición del concurso y exigiendo que de una buena vez se resolviera, así fuera dejándolo desierto.
El resto de las organizaciones hicieron silencio: no se escucharon ni críticas a la AFSCA ni referencias a nuestro supuesto “kirchnerismo”.
En ese mismo proceso, desde El Ágora fuimos protagonistas de otras actividades y hechos, más allá de la radio-web: desde los actos por el Día de la Memoria hasta nuestra participación en concursos, pasando por la organización de otra movilizaciones de reclamo, actividades educativas con personas privadas de su libertad o la edición del libro "El Golpeador" que relata la historia de Juan Carlos Tierno.
MINGA. Desde lo radial, pusimos todas nuestras expectativas en el concurso, sabiendo que una posibilidad era perderlo, pero apostando a que también podíamos ganarlo.
Sabíamos que nuestro punto débil resultaba el financiamiento: no era lo mismo ofrecer como garantía de sustentabilidad los bienes personales de los integrantes de nuestra asociación que tener como respaldo el poder económico de un sindicato o de una organización religiosa.
También sabíamos nuestros puntos fuertes: hicimos las cosas bien y seriamente, completamos los trámites como correspondía, y le pusimos especial entusiasmo e importancia al “proyecto cultural” consistente en explicar nuestra propuesta y diseñar un objetivo social y una programación con contenidos.
Con un retraso injustificable, AFSCA nos adjudicó la licencia. Fue por unanimidad: con el voto de los representantes del Ejecutivo, de las universidades, del Consejo Federal de Comunicación y del Legislativo, incluyendo el respaldo de aquellos integrantes de la oposición que suelen votar en disidencia. Todos –todos– determinaron que nuestra propuesta era la mejor para una radio sin fines de lucro en Santa Rosa.
El mismo día en que ganamos el concurso, además de gritar nuestra felicidad, insistimos en que AFSCA está en deuda, porque el dial está lejísimo de tener un tercio de sus espacios para el tercer sector. No salimos a gritar “la tenés adentro” ni cambiamos nuestra posición o nuestras demandas.
No lo decimos porque quede bien: de verdad sentimos que otras organizaciones sin fines de lucro merecen esos espacios. Más puntualmente, queremos que La Tosca también tenga su radio por concurso, así puede legalizar su situación y al mismo tiempo la frecuencia que hoy ocupa puede ser utilizada por la escuela pública a la que le fue adjudicada. Eso también abriría espacio a nuevas miradas.
Alentamos con firmeza la existencia y la multiplicación de proyectos como radio La Tosca, donde sabemos que además del espacio que ocupan Plan B o JJB -que son los que chicanean a Radio Kermés- hay otras voces, sectores y personas, compañeros con los que hemos compartido la calle, una mirada sobre la realidad o incluso un posicionamiento frente a la Ley de Medios y este concurso.
Si nos hubiera tocado perder el concurso, que era una posibilidad, no existe la más mínima duda de lo que hubiera ocurrido: lejos del despecho, hubiéramos felicitado a los ganadores y de inmediato hubiéramos pedido que se abran los nuevos concursos para pelear por otra frecuencia. Que es lo que seguimos haciendo.
Se supone que desde el campo popular y la comunicación solidaria esa debe ser la exigencia: no que les quiten lugar a los que lo tienen, no patalear desde el resentimiento, sino ir por más.
Está escrito: a lo mejor estoy gastando pólvora en chimangos. Pero estas líneas sirven si hay al menos una persona que se pueda correr de la visión simplona; de la etiqueta fácil y berreta que impusieron los zocaleros porteños y que a veces se derrama a nuestro pago chico.
Vale la pena, además, desde lo personal, porque en los más de 25 años que llevo como trabajador periodista, habiendo formado parte de numerosos equipos, colectivos y proyectos –varios de ellos con la misma orientación– estoy convencido de que Radio Kermés es el más rico, en su pluralidad, en lo conceptual, en lo afectivo. Y por eso mismo decimos: minga que “el kirchnerismo se quedó con las tres radios nuevas de Santa Rosa”. Con Radio Kermés nos quedamos nosotros y estamos dispuestos a defender con alma y vida ese 106.1 como nuestro lugar en el mundo.