Las lisonjas de Clarín a la jueza Arroyo Salgado
Por Juan Carlos Martínez
La jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Alberto Nisman, ha pasado a ocupar las primeras planas de diarios y revistas y su imagen recorre constantemente los canales de televisión.
Uno de los medios que le está dedicando generosos espacios es el diario Clarín, cuyo interés por los pasos que está dando la titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional número 1 de San Isidro va más allá de las investigaciones que se están haciendo por la muerte del fiscal Nisman.
En esta suerte de promoción que el diario está haciendo de la figura de Arroyo Salgado, además de usarla para cuestionar a la fiscal Viviana Fein, el inconfesable interés de Clarín está puesto en el resonante caso que involucra a Ernestina Herrera de Noble por la apropiación de Marcela y Felipe Noble, cuya causa está en manos de la ex mujer de Nisman desde abril de 2010.
Desde entonces, los abogados de la viuda de Noble vienen presionando para el cierre de la causa, la que permanece abierta pero inactiva justamente porque Arroyo Salgado no se ha hecho eco de algunas medidas propuestas por el fiscal subrogante después de un escrito presentado por el abogado y periodista Pablo Llonto en noviembre de 2013.
Nada nuevo decimos al recordar la presión que desataron los abogados de Ernestina cuando el ex juez Roberto Marquevich ordenó a finales de 2002 la detención de la poderosa empresaria por las graves irregularidades que había cometido al apropiarse de dos menores de edad.
Vale la pena recordar el diálogo que entonces mantuvo la viuda de Noble con el abogado Eduardo Padilla Fox.
-Doctor, ¿usted está seguro que no pasaré la Nochebuena detenida?
-No señora, de ninguna manera. Nuestra gente ya habló con algunas personas vinculadas a la Cámara de San Martín y nos dijeron que a Marquevich lo van a hacer mierda”.
Dicho y hecho. Marquevich dejó de ser juez.
Las lisonjas que Clarín le está dedicando a Arroyo Salgado no son gratuitas. Para decirlo con más precisión, se parecen mucho a esos mensajes construidos con el persuasivo lenguaje mafioso.