¿Al diván o al banquillo?

Por Juan Carlos Martínez

 

Las continuas barrabasadas que Mauricio Macri desgrana cada que abre la boca, han planteado serias dudas sobre su capacidad para continuar ejerciendo la primera magistratura de la Nación.

 

Para algunos, Macri debería ir derecho al diván para ser sometido a un examen por especialistas en psicoanálisis porque la incoherencia de su discurso y de sus acciones ameritan un tratamiento de esas características.

 

Otros, en cambio, creen que las continuas violaciones a la Constitución y las leyes lo colocan al margen del estado de derecho, es decir, en una situación límite que pone en riesgo la propia supervivencia de la República.

 

En cualquiera de las dos circunstancias en la que está inmerso, Macri no puede continuar manejando los destinos del país. No sólo por el derrumbe económico y los tremendos daños que de esa catástrofe derivan, sino también por lo que surge de las investigaciones del juez Alejo Ramos Padilla que lo involucran en una organización mafiosa construida desde los tres poderes del Estado.